-para Alejandro Cock-
La primera imagen que ves cuando piensas en él es su sonrisa.
Alejo te acerca con su sonrisa.
Dos minutos después del encuentro comprendes que el mundo sería un lugar mejor si te encontraras con más gente como él. Está hecho de una materia extraña este hombre: es capaz de abrazarte con una mirada.
Alejandro Cock-Peláez toma sus fotografías con el corazón, cuenta historias con palabras habitadas por imágenes, hace documentales que atrapan el alma –no de quien queda grabado, sino de quien los ve- y vive con la intensidad de quien ha visto el amanecer en lugares que a los demás nos resta sólo imaginar. Es coleccionista de paraísos.
Suyo es el mar y también el bosque.
Suya la brisa y el cabello en remolinos.
Tan cerca de lo ancestral, tan adentro de lo fundamental.
La naturaleza le acaricia, le susurra al oído, sueña con él. Y él con ella.
Ha visto crecer árboles que lo han visto crecer a él.
La vida es un planosecuencia.
Más que profesor ha sido Maestro. Y Cielo. Y Nube.
…ha perdido relojes y ganado atardeceres, ha bebido la savia de la vida.
Sus ojos tras el lente, tanta geografía en sus zapatos, el beso en sus labios.
Una palabra en el diccionario habla sobre Alejandro: Valiente.
+ Una muestra de su trabajo en video puede verse aquí
tomado del blog Ocho16