jueves, 21 de noviembre de 2019

El, mi padre

padre…

La lluvia cae sobre el ánimo sediento de sol, amo  la luz y aún más la oscuridad. La tristeza llama una vez más como tantas  a la puerta, trae un mensaje de los espacios recónditos del alma, le abro amable y permito que me traspase y recorra.

Anoche en uno de mis sueños apareció él ,mi padre me mostraba la fuerza de la naturaleza en el alma, su sonrisa inolvidable que reflejaba el poder de lo sensorial para determinar la vida. En el sueño desbarataba unas cortinas del carro, al quererlas correr las descosía, yo sentía la furia en mi y él, sin embargo seguía sonriendo, y me decía:  tranquila eso se consigue en tres en uno ( tal ves D1 querría decir) El, alegre  en el calor del coche con sus pensamientos y emociones eran luminosos, festivos, al escuchar las canciones,tocaba las palmas como niño y me decía eres mi madre, ante el amor que sentía salir a trompicones por el pecho.

Al salir al frío todo su cuerpo se contrajo y su mente rastreo en la memoria buscando similitudes, semejanzas pasadas y se aposentó en  ese día, cuando la ruina le dejó abandonado y muerto de frío durante el último tiempo de vida,en una casa fantasma, sin hijos, sin esposa, todos los lazos rotos por la locura. Su cognición onírica transformó el restaurante en el que paramos a comer y todo se convirtió en aquella casa, escenario de su declive, como hombre próspero como padre, como amigo de nadie, solo, con solo dos cuervos como compañía , que le sacaron los pocos ojos que le quedaban.

Vivió la rueda de la fortuna en su giro funesto hacia la nada y él, me preguntaba en medio de un recuerdo que se había hecho presencia, ¿con quién puedo hablar que me saque de aquí y me lleve al hogar? Llévame a tu casa, y recordaba las palabras insistentes de mi madre Melbita: lléveme a su casa, no me olvide, y entre sus torpes lineas yo sabía que decían ambos, era a  la casa de la madre en sus orígenes, volver al hogar perdido de la infancia.

No soy tu madre sino tu hija y   le decía, puedes hablar conmigo y el,me preguntaba en su sabia locura ¿he vivido bien, tiene sentido,? No tengo casa, no tengo nada , E intentaba levantarse torpemente hacia la nada de esas paredes existenciales que le atrapaban en un pasado aciago en el que escogió el lado oscuro de la vida, la vida de escape a la realidad porque era lo único coherente que podría escoger.

Su agitación mental era directamente proporcional al frío ,al frío en su cuerpo, al frío de su alma, al frío gélido de aquel pasado que volvía como fantasma irresuelto. ¿Con quién puedo hablar que resuelva esto?, Y señalaba un espacio indeterminado donde toda su vida quedaba mezclada con  todos los tiempos sucediéndole al unísono, mientras el restaurante escenificaba los fantasmas, y los comensales vecinos adquirían la forma de aquellos cuervos que le despojaron de todo en su demencia. Yo dentro de su sueño veía todos los tiempos de un hombre danzando en los fuegos del infierno.

Y como el pobre Lázaro le intentaba dar agua desde el paraíso de la lucidez. Puedes hablar conmigo y le tocaba el brazo, el rostro y el alma y su mirada asustada me preguntaba ¿no puedo regresar? ¿nadie me quiere? Y yo buscaba un  te quiero incondicional, separando las propias heridas de un padre ausente y sin embargo hoy solo es su sonrisa y alegría la que heredé de él ,entonces le decía como alma: el único lugar al que puedes ir, es a tu corazón ahora.

No existe el amor decía, mientras buscaba en las ruinas de su fracaso vital, su propio inexistente amor a los prójimos. Sí, decía yo, en una danza dialectica, existe el amor, es esta mano que te agarra la inquietud y te dice solo te queda estar tranquilo, todo lo demás ya fue hecho, toca descansar de lo vivido y agradecer tu techo, tu comida, tu vestido. Lo he perdido todo. Sí, todo se pierde en los caminos de la vida salvo el amor de este momento. Ven te acompaño a tu nuevo hogar, salgamos de esta casa de fantasmas.

Le regresé a su nuevo hogar, al calor aséptico de la fundación Santa Clara de Asís donde mi madre vivía .
Se sentó en su lugar en ese extraño mundo hecho de retales de familias contemporáneas y el calor volvió poco a poco a sacar de su cuerpo el frío en el que cabalgó la memoria de su intensa pérdida.

Solo te queda aprender a estar tranquilo. Aposentarte en este ahora y dar las gracias por lo que tienes, ahí afuera muchos mueren hoy de frío,  y tú estás aqui acompañando a Melba, el amor de tu vida cuando eras joven y bello.
Me miró a los ojos viéndome, y pronunció sereno en su lenguaje de trapo y sueño.

Eres la Claridad, ahora puedo estar tranquilo y se sumergió de nuevo en otro nuevo sueño, en el de la añoranza y volvió a sonreír con los ojos puestos en la distancia del hotel Estación en su bella Buenaventura, en Isla-alba, en Las Delicias, en los barcos que llegaban al puerto cargados de mercancías,etc...


Conduzco de regreso, despierta ya del sueño, remembrando la enseñanza vivida, la lluvia cae y son  mis lágrimas sobre el parabrisas, suspiro  profunda y llega el frescor, el frescor que da una vida vivida desde el eje de haber sido madre cuando era hija, de haber sido hermana cuando fui madre, de haberme negado a ser esposa por elegir siempre ser la novia enamorada del amor,  la sabiduría a la cual acudí desde la lectura,desde el psicoanálisis,desde las ideas revolucionarias infundidas desde niña por Fercho, desde el zen,desde el yoga, desde la soledad, y ahora desde las montañas, sin el fuego del arrepentimiento.

Lloro lágrimas agradecidas de poder bajar al infierno, de estar alegre por sentirme triste y llorar humildemente, como esta lluvia, perlas  de bendición, la bendición de la generosidad infinita del universo, que llueve sobre todos sin distinción, sin categorías, la bendición de la ecuanimidad en el fuego abrasador de la compasión, me siento en zazen y me siento el alma y recuerdo y comprendo a todas las almas y al sentarme destilo el plomo y lo convierto en oro.



LA VUELTA A CASA: EL REGRESO A SÍ MISMA ¿Qué es el ansia de hogar? Es el instinto de volver, de ir al lugar recordado. Es la capacidad de en...