lunes, 26 de enero de 2009

La Voz del Maestro Zen

 

Yoka Daishi dice, que su religión es la gran sabiduría. Desafortunadamente esta expresión puede ser interpretada de mil maneras, cada uno permaneciendo en sus prejuicios. Yo digo que mi religión es la vida y para que haya menos interpretaciones, voy a precisar unas cosas. Primero religión no significa ligar; se dice en muchos libros que la palabra  religión viene del latino ligare;  religión viene del latino religión  que significa  cuidado, atención, escrúpulo. Entonces lo que propongo es el cuidado, la atención a  la vida, es decir, el cuidado, la atención a cumplir con las posibilidades o potencialidades que la vida ha generado en cada forma humana y en lo que me concierne a mi, en la mía, corporal y mental. Me gustarla que cada uno entienda esta propuesta. Si hacen pasar esta propuesta en prioridad, y se olvidan  de los provechos habitualmente propuestos en el mundo humano, tal vez puedan disfrutar del placer, más sutil que el que se propone con el consumo o las satisfacciones de los sentidos, el placer de responder a la vida. Voy a tomar un ejemplo concreto para que me entiendan mejor. Cuando siembro unas semillas en la huerta, me parece que tengo que darles las mejores condiciones. Entonces es todo un conjunto de cosas: la huerta debería ser bonita, agradable de mirar, dando una impresión estética, que no haya despelote. ¿Por qué? Porque eso refleja una armonía en el todo. Me parece también que si  pongo semillas en la tierra tengo que prepararla para que las reciba, no voy a poner semillas en una tierra "más o menos", que se estima ser suficientemente buena solamente para generar un provecho con menos esfuerzo. No, mi primer provecho es tener la satisfacción de haber hecho las cosas como me parece que son las mejores. Y así en todo. Alguien me pidió hablar del samú. Eso es el samú.

 

Ahora, la práctica de zazen, ¿es para qué? ¿Para ser un buen budista? No me siento ni budista ni otra  cosa, me siento vivo y estando vivo lo que busco es cumplir con las potencialidades del ser humano que soy. Entre estas potencialidades está¡ la capacidad reflexiva, la que tal vez nos puede conducir más  lejos en cumplir con la vida, es decir, darnos cuenta, ver, que estamos condicionados y limitados por este condicionamiento del homo sapiens, condicionamiento del yo que nos hace reaccionar y actuar de una manera que no es adecuada con la vida ahora. ¿Cómo el ser humano puede llegar a matar a otros seres humanos por una búsqueda de provecho? A mi no me cabe que eso es responder a la vida ni responder a cualquier religión que sea, es responder a unos prejuicios, es estar encerrado en unas estupideces. Lo que les propongo aquí es generar, crear las mejores condiciones que podamos encontrar  para que se facilite el descubrimiento de su realidad y de sus potencialidades. Y para eso no voy a seguir ninguna iglesia, ningún dogma, voy a seguir mi experiencia de vida y de práctica y proponer ayudarlos si piensan que lo puedo hacer. Taisen decía: sean fuertes, bellos y libres. No desperdicien sus posibilidades de descubrir lo que el condicionamiento esconde.

 

Rei Tai Lemort, Templo La Tierra, 3:30  a.m. 18 de abril de 2007

 


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